El yak (Bos mutus o Bos grunniens) es un bóvido de tamaño mediano y pelaje lanoso, nativo de las montañas de Asia Central y el Himalaya, vive en las altiplanicies esteparias y fríos desiertos del Tíbet, Pamir y Karakórum, entre los 4000 y 6000 metros de altitud, donde se encuentra tanto en estado salvaje como doméstico.
Los ejemplares salvajes (subespecie grunniens), hoy escasos, son animales gregarios de pelo invariablemente largo (sobre todo en la zona abdominal, donde puede llegar hasta el suelo), denso y negro (en los animales viejos adopta un tono marrón) que cuelga a ambos lados del cuerpo y también de las extremidades, con una joroba sobre los hombros y cuernos largos de un metro de longitud que surgen a ambos lados de amplio cráneo, casi horizontalmente, para acodarse luego hacía arriba y algo hacia adentro. La cola es peluda a partir de su misma base y lleva en su extremo un gran mechón.
Los machos, que son más grandes que las hembras (estas solo alcanzan la mitad del tamaño de los machos), pueden llegar a los 2 metros de altura en la cruz - la cual aparece tan elevada debido a un alargamiento de la apófisis espinosas, que la cabeza parece empezar desde una posición más baja - y pesar hasta 1000 kilos. Las pezuñas poseen una superficie de apoyo amplia, mientras que las pezuñas secundarias rozan el suelo mientras escalan. Las hembras tienen dos pares de mamas. El cuerpo es alargado, lo cual se debe, en parte a que posee un par más de costillas (en total 14) que los restantes bóvidos.